“VOLVIENDO AL PRINCIPIO” – Como fue recibido por Gillian MacBeth-Louthan
Durante muchos años ustedes han buscado fuera de sí mismos la verdad, la sabiduría, los milagros y simplemente una vieja prueba. Ustedes han prendido velas, han dicho “Ave Marías”, orado a las estatuas, los íconos, y se han perdido literalmente en el diluvio de todo lo que “supuestamente era” más grandioso, más santo, y más divino. Ustedes han llamado a los ángeles, los Maestros, los guías espirituales y sus seres queridos que han partido al otro lado, pidiéndoles ayuda, solicitando su intervención, y milagros.
A medida que ustedes se acercan al fin del 2011, las líneas de comunicación se atenúan y se fragmentan. Ustedes continúan buscando afuera de ustedes algo “más grandioso que”, algo más grande, algo mejor y que lo sabe todo. Las letras, los correos electrónicos, las llamadas telefónicas, de estas energías “más grandiosas que” continúan disminuyendo. Ustedes han hecho excusas en cuanto al por qué Dios no respondió a sus oraciones o correos electrónicos. Se convincieron a sí mismos de que su ‘tercer ojo’ estaba bloqueado, su corazón estaba cerrado, y su chakra de la coronilla no estaba funcionando. Pensaron que eran ustedes quienes estaban ‘rotos’. Trataron de usar elíxires, aceites, cristales, meditaron, hicieron lecturas y cualquier otro medio que estuviera disponible. Y aún así no pudieron escuchar la palabra del Señor. Ustedes gastaron miles de dinero, y miles de horas tratando todo artilugio o novedad existente tratando de arreglar lo que pensaban estaba roto.
Ustedes vieron con envidia a otros, pues ellos aparentaban ser profundos y saber todo. Tomaron las hierbas y vitaminas adecuadas, usaron el color sanador del día y sin embargo todavía no han podido lograr la mejor actuación. Repentinamente, un día simplemente todos se detuvieron. Dejaron de orar. Dejaron de meditar. Dejaron de tratar de manifestar los deseos de su corazón. Cuando dejaron de tratar tanto, sus vidas comenzaron a cambiar poco a poco. Comenzaron a sentirse más cómodos en su propia piel. Comenzaron a gustarse a sí mismos de nuevo. Dios no les parecía estar tan lejos. La vida no era tan difícil, ¿qué había cambiado? Ellos habían vuelto al principio y abrazado la totalidad de su ser; lo bueno y lo malo y lo desconocido. En esa acción se liberó un gran poder que permitió a todos llegar a un punto de saber sin tratar de hacerse a sí mismos más santos. En ese momento ellos se dieron cuenta de que habían estado separados de la misma estructura de Dios. Finalmente se dieron cuenta de cómo dejar ir y amar interna y completamente.”
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