RESTABLECIENDO LO QUE ESTABA DIVINAMENTE DIRIGIDO A USTEDES
Hablan los Ángeles
Canalizado por Gillian
MacBeth-Louthan
Muchos de ustedes han
acudido hacia los Reinos Celestiales pidiendo ayuda, asistencia y milagros.
Nunca antes escucharon las Huestes Celestiales y los Ángeles semejante clamor.
Nunca antes hemos enviado millones de ángeles para que vengan y envuelvan a la Tierra. En el Mundo
Angelical nos revestimos de muchas formas, colores y energías. A veces nos
presentamos como una sola gota de lluvia sobre su rostro. A veces nos
presentamos como la brisa que roza su mejilla. A veces nos pueden ver en las
nubes como una brillante luminosidad. A veces somos un único punto de luz
diminuto, y otras veces somos lo suficientemente grandes como para envolver a
toda la Tierra
con nuestra luz. Variamos en tamaño, color y luz. Variamos en tareas y posición
y en comprensión de los humanos. Nosotros no somos quienes han caído de la
muerte. Somos una clase de seres totalmente distinta, una que escucha cada seña
y llamado de ustedes. El Padre Celestial nos envió para que estuviéramos a
cargo de ustedes. Finalmente, después de tanto tiempo, se nos libera para que
hagamos nuestro trabajo, para amarlos y protegerlos. Cada uno de ustedes está
rodeado por una multitud de nosotros. Revoloteamos como mariposas en el rosedal
de un palacio.
Al nacer, se les dio un
ángel guardián. Venimos para permitirles experimentar la gracia, la gloria de
la paz en medio de toda la agitación. Somos los que traen una sonrisa a su
rostro en medio de un día frenético cuando por tan sólo un instante nos
recuerdan y por un momento experimentan la paz.
Nosotros somos tan
reales como ustedes. Simplemente estamos en una frecuencia de luz distinta.
Lloramos por ustedes, reímos con ustedes, hablamos de ustedes, pensamos en ustedes,
porque estamos enamorados de ustedes. Estamos enamorados de sus alegrías y nos
entristecen sus heridas. Porque cada parte de ustedes resuena con una parte de
nosotros, pero necesitamos toda su atención mientras pasan por estas próximas
secuencias de tiempo. Envíennos a los campos de batalla. Envíennos a aquellos
que duermen con miedo. Envíennos a quienes sufren. Se nos debe enviar a toda la
humanidad. Desafortunadamente, ustedes sólo nos llaman en momentos de
desesperación, pero siempre estamos aquí.
Permítannos venir a su
mundo, hacer sus mandados de luz, hacer sus diligencias de esperanza, hacer sus
mandados de sanación. Es nuestro trabajo pues servimos al Creador por ustedes.
No sigan acumulando cargas pesadas en su alma. Permítannos, con su pedido,
aligerar su carga literalmente. Envíennos a aquellos por quienes se preocupan.
Envíennos a quienes sólo piensan en sí mismos y en nadie más. Envíennos al día
anterior a aventurarse. Los milagros están contenidos en nuestros corazones y
van de nuestros corazones a sus manos. Recíbanlos con su convicción. Recíbanlos
con su fe.
El mismo Padre
Celestial nos envía a la humanidad. Al principio mirábamos a los humanos con
desdén, pensábamos cómo era posible que un ser tan inferior, una especie tan
inferior, supiera cómo delegar en nosotros, filamentos de luz celestial tan
bellamente delineados. Al observarlos calladamente a través del tiempo, sabemos
que ustedes tienen un gran corazón en su interior y una gran posibilidad para
el futuro. Este conocimiento nos trae alegría. El saberlo nos ayuda a
involucrarnos en sus asuntos cotidianos.
Porque como he dicho,
somos diminutos y somos vastos, más allá de su conocimiento. Ustedes conocen a
muchos de nuestros comandantes, tales como Miguel, Gabriel, Uriel y Rafael, pero
ellos no son más que unos pocos de billones y billones de nosotros a la espera
de su reconocimiento, a la espera de que nos pidan que entremos en sus vidas y
en su corazón. Porque ése es nuestro trabajo y el Padre nos empuja a hacerlo.
No podemos ser llamados a la acción a menos que lo hagan ustedes. Nos sentamos
al borde de la luz, esperando su llamado como una jovencita enferma de amor la
noche de una cita.
La verdad es que nos
hemos enamorado de ustedes. Finalmente les hemos abierto nuestro corazón y
todos los resentimientos del pasado se han disuelto. Ahora comprendemos los
deseos y las ansias del Creador. Ahora comprendemos el destino de la humanidad.
Porque al principio -su principio- no entendíamos. Así que permítannos amarlos
y permítanse amarnos. Trabajaremos como un equipo, para ayudarlos a disolver
todo el dolor de la
Tierra. Permitan que los ayudemos a sanar. Permitan que los
ayudemos a traer más amor a sus matrimonios, a sus familias, a su vida. Somos
mucho más que lo que comprenden. Los amamos. Los amamos de verdad. Les pedimos
disculpas de corazón por cualquier tristeza que les hayamos causado en el
inicio del tiempo.
Comprendan que esta
batalla que libran en la Tierra
ha caído desde los cielos para representarse en la Tierra. Permitan
que vengan los ángeles de luz. Es hora de que restablezcan lo que estuvo
divinamente dirigido para que hicieran en el principio. Invoquen a los ángeles
y ellos estarán aquí con una palabra, un pensamiento y una respiración.
Gillian MacBeth-Louthan
PO Box 217
Dandridge, Tennessee
37725-0217
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Dandridge, Tennessee
37725-0217
www.thequantumawakening.com
thequantumawakening@Gmail.com
Traducción:
Margarita López
Edición: Susana Peralta
Sitio oficial de El Despertar Cuántico en español: www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
Edición: Susana Peralta
Sitio oficial de El Despertar Cuántico en español: www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
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