El parto cósmico. (Maia-María)
Por: (Maia-María)
Nos encontramos en la antesala de un evento de proporciones Galácticas que solo sucede cada 25,625 años en este Sector de la Via Láctea. Es por eso que decidimos estar aquí en este preciso momento de la historia Cósmica. Decidimos estar aqui para auxiliar con nuestra Luz en el desarrollo del parto que nuestra Madre Tierra esta llevando a cabo, pues tú eres el experto en Partos Cósmicos.
Tendremos
la oportunidad de experimentar, concientemente, un evento
extraordinario como lo es nuestro propio nacimiento hacia una Dimensión
de Consciencia más elevada que
nos permitirá salir del Útero de nuestra Madre para incorporarnos a una
nueva realidad, ahora, dentro del Útero de la que se convertirá en
nuestra Nueva Madre "La Galaxia" y de esta forma continuar naciendo
sucesivamente expandiendo a la vez este Bello Universo. Nos iremos transformando paso a paso desde la Materia hasta la Luz, nuestra esencia original.
Cada uno de nosotros tenemos una Misión
que nos trajo a este Hermoso Planeta y que vamos a ir descubriendo
individualmente para que en conjunto logremos cumplir con la Misión
Colectiva que nos propusimos antes de venir aqui. En la medida que
nuestra Consciencia se expande iniciamos el recuerdo de esa Misión que
fue "Traer la Luz y el Amor a esta
parte del Universo e integrarnos plenamente conscientes de nuestro
origen con nuestras Familias de Luz dentro de la Galaxia".
No
venimos a acumular riquezas ni a apoderarnos y explotar el cuerpo de
Nuestra Madre quien nos ha concebido en su bello vientre, sino a
experimentar emociones que han enriquecido nuestras Almas y que nos han
permitido el bello regalo de retornar a nuestro estado original "La
Inocencia", La Consciencia Pura, La Consciencia Cósmica convertida en
hombre, "El Cristo".
"El que no se haga como niño no entrará en el reino de los Cielos".
Volver a nuestro estado de inocencia es volver al estado de ese niño que siempre hemos sido
y que no juzga, que no es orgulloso, que no segrega, que no se ofende,
que no conoce el rencor, que es feliz en todo momento, que todo lo
comparte, que ama sin condiciones, que se sorprende de todo lo que ve,
que quiere ser como sus padres, que se siente poderoso, que sueña que
vuela, que rie, que llora, que juega a ser un súper héroe, que habla y
juega consigo mismo, que vive solo en el momento presente, que no tiene
pasado ni futuro, que tiene un amigo interno y que no teme a la muerte
porque ese concepto no existe para él. Este es el estado de inocencia que no conoce la Mente Egoica, este es el estado de inocencia al que habremos de retornar
mediante un trabajo, consciente e individual, de lucha interna donde
identificamos a nuestro principal enemigo como "Nosotros Mismos". Un
campo de batalla donde no existen más oponentes que "Yo".
Es
dentro de nosotros donde se habrá de librar la última y más feroz de
las batallas contra la Mente Egoica que se ha apoderado de nuestro
territorio interior. La batalla no es contra nuestro Padres, Hermanos,
Parejas, Socios, Amigos o Abogados en el exterior sino al interior de
nosotros. Una vez que logremos identificar al verdadero enemigo, muy pronto se convertirá en nuestro mejor aliado.
Ha
llegado el desprendimiento del cordón umbilical que me ha mantenido
atado a este mundo material y el cual, he de reconocer, me ha
proporcionado el alimento sagrado de las emociones para que yo pudiera
llegar a desarrollar la Consciencia Cósmica que ha iniciado a
manifestarse dentro de mi.
Mi
resurrección ha llegado junto con las contracciones de mi Madre que
llegan con la Energía del Amor desde el Sol Central de la Galaxia y que
marcan el final de mi tiempo de gestación y el principio de mi
nacimiento como un Ser Cósmico que inicia su desarrollo en una nueva
Dimensión de Consciencia. Muero en la Tercer y Cuarta Dimensión y
resucito en la Quinta Dimensión de Consciencia, "La Consciencia del
Cristo".
¡Corta
pues el Cordon Umbilical del Mundo Material y el Cristo en Ti Nacerá
para elevarte al Reino de los Cielos, Tu Consciencia!. Tu eres tu
propio Partero...El Bebé ya esta asomando su Cabeza.
Ricardo González
María
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