miércoles, 31 de agosto de 2011

BODAS CELESTIALES. ARCÁNGEL ANAËL. 26 de Agosto del 2011 con audio. "La Tierra va a comenzar su Ascensión final y su Entrega. Y ustedes son parte involucrada de su Ascensión y su Entrega" ¡ACEPTAR O NO LA TRANSFIGURACIÓN!

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La Tierra va a comenzar su Ascensión final y su Entrega. Y ustedes son parte involucrada de su Ascensión y su Entrega, en la Vibración de la conciencia. Estén en Alegría. Vayan allí donde crearon su Verdad, cualquiera que sea: es luminosa para ustedes
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Original en francés.
http://www.autresdimensions.com
Canalizado: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Traducción: Odilia Rivera
http://mensajes-del-espiritu.blogspot.com
Soy ANAËL, Arcángel. Bien amados Niños de la Luz y bien amadas Semillas de Estrellas, que el Amor y la Alegría sean suyos. Vengo, por las palabras y por la Vibración, a expresar este preciso mecanismo desarrollándose, actualmente, si tales es su verdad, mecanismo que tiene como objetivo que el alma se vuelva hacia el Espíritu y acepte, o no, su transmigración. Esto es realizado por el impulso Metatrónico y Micaélico, permitiéndoles entonces, si tal es su Vibración, desviarse de lo que no es el Espíritu, con el fin de vivir el Espíritu.

El Espíritu es su Residencia de Eternidad. El Espíritu no tiene ninguna coloración de alma ni ninguna resonancia particular con la vida del encerramiento en la personalidad. Lo que se realiza, actualmente, en el despliegue de la Luz, sobre la Tierra como en ustedes, es la capacidad y la posibilidad conjunta, de vivir el Espíritu. El Espíritu es Alegría, el Espíritu es Eternidad. El alma es coloración, el alma es atracción, en este mundo. La personalidad y el cuerpo se expresan por la influencia y el impulso del alma desviada del Espíritu, encerrada y aislada a través del conocimiento de sí misma, expresándose bajo distintas facetas, bajo distintas vidas, bajo distintos contratos, bajo distintas interacciones de alma a alma y cuerpo a cuerpo. El Espíritu no conoce la pertenencia. El Espíritu es Verdad y Alegría. La Luz Vibral, Supramental, el Espíritu KI-RIS-TI, llegando en vuestro Templo, permite al alma volverse hacia el Espíritu, en el sacrificio de sus misiones, en el sacrificio de sus funciones, permitiendo encontrar la Paz Suprema. Cuando el alma se vuelve hacia el Espíritu, entonces se manifiesta a la conciencia lo que se convierte esta Conciencia del Espíritu: Verdad, Alegría y sobre todo Felicidad. Ya que el Espíritu no puede conocer la falta expresada por la personalidad o el alma, ya que el Espíritu no puede conocer la alternancia. El alma sólo vive de alternancia. El alma vive y se impregna, enteramente, de lo que existe en la superficie de este mundo. Mecanismo de vida y también mecanismo alterado. Mientras que el Espíritu no puede en ningún caso alterarse ni perturbarse. Vivir el Espíritu, es pues vivir la Paz. Vivir el Espíritu, es ya no ser atraído por cualquier impulso del alma, por cualquier desviación del Espíritu hacia la personalidad. El Espíritu, el Paracleto (Espíritu Santo), este Espíritu de Verdad que viene a ustedes en la Vibración de la Luz Una, es su Residencia. Para eso, es necesario que el alma se extraiga de las residencias transitorias y juegos transitorios. Que sustituya al sufrimiento, por la Verdad y por la Alegría. Entonces, solamente el Espíritu puede ser vuestro, puede ser su Residencia, su Verdad y su manifestación. El alma, en ese momento, se inclina.

Rendir el alma no es ya morir, en adelante. Rendir el alma, es regresar a la Vida. Rendir el alma, es regresar a la Verdad, para que este cuerpo, en el cual están, evidencie y transfigure y se convierta en el Espíritu de Verdad, Vibrando al unísono de la Fuente, Vibrante al unísono de la Verdad. La hora está al Espíritu. Eso es ahora. Eso es inmediatamente. Eso es la Vibración vuelta posible por la Ascensión de su conciencia hacia los espacios de la Unidad, por la respuesta de la Tierra al impulso de la Luz Una, permitiéndole elevarse hacia la Vibración de su propia Unidad. Entonces, el ser humano se encuentra, hoy, en la encrucijada. Tampoco la de las elecciones sino del camino que debe tomarse. El que va a llevar la conciencia del Espíritu a volver a entrar en la encarnación del Espíritu. El que va a permitir encender el alma, no por las propias polaridades de la personalidad, no por los propios juegos de los lazos de sangre, de la carne y la vida aquí abajo pero vivificada, enteramente, por el amor del Espíritu que es claridad, que es transparencia, que es evidencia y que es KI-RIS-TI, Hijo Ardiente del Sol. El impulso del Espíritu les trae al Espíritu. El impulso del Espíritu está destinado a hacerles trabajar y vivir en la Alegría de su Eternidad, encontrando entonces el sentido de la plenitud y la Esencia de lo que son.

La hora de la revelación llegó desde hace tiempo. Se acaba ahora, permitiéndoles tomar el camino, el del Espíritu o el del alma que, más nunca, no podrá ignorar el Espíritu. El Espíritu impregna la totalidad de los mundos y la totalidad de este mundo para que el Espíritu se revele en sí mismo, rasgando los menores Velos, encerrantes y aislantes. En ustedes, se juega esta revelación. En ustedes, se juega el restablecimiento de la Verdad. En ustedes, se juega el último combate que no es uno, que, en realidad, es una abdicación del alma y la personalidad a esto que son, en Verdad. Más allá de toda ilusión. Más allá de toda proyección. Más allá de todo contrato. Más allá de todo dogma. Más allá de toda religión. Más allá de todo encerramiento. El Espíritu es Libertad, cosa que nunca podrá, en este mundo, ser la personalidad ni incluso el alma, a causa de lo que se había alterado. Entonces, descubriendo la Libertad, la última encrucijada de los caminos transcurridos, la Vibración de su conciencia les traerá, naturalmente, a vivir la creación que tomaron, la creación que concibieron. Eso debe vivirse, en adelante. Eso está a vivir aquí, en este cuerpo de carne, transfigurado, en este cuerpo de carne, aligerado de los venenos de este mundo y con todo vivo en este mundo. La lucidez es la clave que les permite darse la vuelta, si tal es su Vibración, a la Verdad de la Eternidad. Eso se desarrolla ahora mismo, pidiéndoseles manifestar y concretar el Abandono o la resistencia. Resistencia, sede de sufrimiento, sede de ausencia. Mientras que el abandono es la sede de la Presencia, la ligereza y la Alegría.

¿A dónde van? ¿Qué llegan a ser? El tiempo vino, de la creación. ¿Qué han creado? ¿Qué son? ¿A dónde van? ¿Van en la Alegría? ¿Van en la otra experiencia? Y ello, la Vibración que es suya, anima las elecciones y permite al camino desplegarse, como la Luz se despliega en ustedes, viendo claramente allí donde están. Viendo claramente allí donde están, en ustedes, en su mundo interior, como en este mundo exterior. Los dos poniéndose en resonancia y en adecuación, permitiéndoles manifestar la creación de su Verdad.

Niños del Uno y Niños de la Unidad, Niños de Luz, la hora está a vivirse eso, sin reserva, sin pesar, sin proyección, sin querer. Simplemente, acogiendo la Vibración del Ser, la Vibración de su Ser. Simplemente observando lo que se desarrolla, en el Templo de su cuerpo, en el Templo de su Corazón, allí donde se despliega la Vida Una de la Verdad del Espíritu. Son el espectáculo y el espectador. Son el conjunto de lo que se despliega, en ustedes y por ustedes. Son el Único, donde debe jugarse la creación de la Libertad, donde debe jugarse el canto de la Vida eterna. Entonces, como se los dijo URIEL, es hora de cruzar la última Puerta, la de su resurrección. Resurrección en el alma o en el Espíritu. Resurrección en la Unidad, en la Alegría.

Niños, quienes realizaron la Gran Obra de la Luz, sobre este mundo, la hora llegó de vivir esto que han trabajado. La hora llegó de crear lo que son y de manifestarlo, enteramente, más allá de toda separación, más allá de toda ilusión. Cristo se despliega, en ustedes. La hora llegó de vivir la efusión de la Luz Una, enteramente. La llamada de la divina Maria resuena, como resuena la llamada de la Tierra y la llamada del cosmos, que es el mismo que el que resuena, por supuesto, en el Canto de su alma, en el Canto del Espíritu. Sonido sagrado. Trompetas, Trompetas del despertar viniendo a desplomar las paredes de la fortaleza del encerramiento. Las Trompetas sonaron. Sonarán cada vez más, creando la última llamada de Cristo para establecerles en él y en consecuencia en ustedes. Entonces, la hora llegó de volverse, enteramente, hacia ustedes. No en lo que creen, no en lo que piensan, no en lo que ven, no en lo que perciben, sino en la Vibración total de su Corazón, de la Conciencia Una. El momento está a la comunión. Más allá de las Bodas Celestiales y las Bodas Místicas, la comunión del conjunto de los Unos, que se despliega sobre la Tierra, por el Canto sagrado del Cielo y la Tierra, por el Canto del alma y el Espíritu (percibido en su cabeza y en su Templo interior), permitiéndoles ajustarse a la frecuencia coherente de la Unidad, a la frecuencia más allá del alma, más allá de la precipitación.

Es hora de crear la ligereza o la densidad, cualquiera que hayan traído hasta este momento presente. Van a ser, por fin, lo que son. Van a ser, por fin, la Vibración de su creación, la Vibración de la Unidad, en el frente a frente (cara a cara) glorioso del encuentro, en El, y en consecuencia en ustedes. La presión de la Vibración (a través de las distintas Cruces de la cabeza, a través de las distintas Coronas Radiantes, a través del Fuego que se eleva, ahora, en ustedes) va a elevar su Espíritu, va a despertarlo a su despliegue, total y final, en la Vibración de la Alegría, unidos y en comunión con Cristo y la Verdad. ¿Qué hay a temer? ¿Qué hay a temer, cuándo la Luz vuelve de nuevo? Sólo la Sombra y solamente la personalidad, aún resistente, puede sufrir de su falta de Transparencia. Pero son la Transparencia. ¿Entonces, qué esperan para manifestarlo y crearlo? En la Transparencia, nada puede ser detenido, nada puede ser bloqueado, nada puede estar enfermo, nada puede ser un obstáculo o una barrera para el Espíritu.

Niños de la Ley del Uno, Niños de la Unidad, la hora ha llegado de convertirse en la Luz que sembraron. La hora ha llegado de proclamar la Unidad de la Conciencia. La hora ha llegado de la unión y la comunión, en KI-RIS-TI, de la Verdad y la Unidad. Deben oír y escuchar, como decía el Arcángel URIEL, el Canto mismo de su Presencia, el Canto mismo de la Unidad, fundirse en este Canto, volverse el Canto, volverse la Vibración, volverse la Alegría ya que es lo que son. Todo el resto sólo es transitorio. Todo el resto sólo es densidad. Todo el resto sólo es atracción hacia ámbitos donde no existe la Luz de la Transparencia. Eso se termina. En adelante, queda por concientizar, y por hacer surgir y construir, esta nueva Verdad.

Se les llama, desde hace tiempo. La llamada encuentra ahora su resonancia última. La llamada se convierte en aspiración a establecer su propia Unidad. Pasando además todas las resistencias, todas las densidades, jalándose y atrayéndose hacia no otra cosa que la Verdad de su Ser. Son los Niños de las Estrellas. Son las semillas de Estrellas. Son los seres que, para muchos entre ustedes, han seguido esta Matriz. Otros vinieron, más recientemente, con el fin de participar, a su manera, a lo que está allí. Y lo que está allí se expresa en mi boca, mis palabras y mi Vibración, no como un tiempo futuro sino en un tiempo, el de la ilusión, que se detiene, que es su tiempo.

La Tierra va a comenzar su Ascensión final y su Entrega. Y ustedes son parte involucrada de su Ascensión y su Entrega, en la Vibración de la conciencia. Estén en Alegría. Vayan allí donde crearon su Verdad, cualquiera que sea: es luminosa para ustedes. Cualquiera que sea, es la vuestra. Cualquiera que sea, más no se separará de quienquiera o de cualquier cosa. Entonces, no hay nada que temer y nada a estar ansioso. No hay tampoco ya nada que esperar porque todo está allí. Todo se realiza, en ustedes. Todo se realiza, en su Corazón. Todo se realiza, bajo su mirada. Todo se realiza, en Espíritu y aún en este cuerpo y Todo se realiza, en el alma revelada, en el alma despertada. Y eso es muy exactamente lo que pasa en ustedes. Entonces cualquiera que sean el Abandono o la resistencia, estén en Alegría, ya que su destino es solamente vivir la Alegría de su creación, cualquiera que esta sea.

Son sus propios creadores. Son su propia Esencia y descubren la Libertad. ¿Entonces, en nombre de que deberían manifestar el menor miedo? La resistencia es normal para los que aún no vivieron la transcendencia del alma hacia el Espíritu, enteramente. Pero, en la transcendencia, no se encuentra que la ligereza, cualquiera que sea su elección, cualquiera que sea su destino. Sólo la personalidad, ignorando aún el Espíritu, solo los de entre sus Hermanos y sus Hermanas que no habiendo sacado a la luz o impulsado su propia alma, están aún en la ignorancia de la Luz. Pero, en poco tiempo, de este tiempo, también vivirán la revelación del Espíritu. Qué que hagan, también habrán creado lo que tienen que crear. También vivirán lo que crearon. Recuerden que la Unidad es Júbilo y Alegría. Que su Residencia Dimensional o la persistencia en este cuerpo, que su Residencia Dimensional o lo real del Espíritu y la disolución, que su Residencia personal o la atracción del alma por necesidad de experiencia, todas las experiencias y todas las vidas se harán, en adelante, bajo el reino de la Alegría ya que se conectan de nuevo a la Unidad. Entonces, desvíense de todo lo que no es ustedes. Desvíense y acojan lo que puede (en este cuerpo o su conciencia) ser una zona de Sombra. Observen-allí porque ella también, va a desaparecer. Acepten verla, no rechacen nada ya que el Espíritu rechaza nada. Sean, simplemente, lo que son. Sean, simplemente, el alma que se vuelve hacia el Espíritu y que acoge la Verdad ya que la Verdad es un bálsamo, y la Verdad les libera, y la Verdad es la Alegría.

Entonces, la Alegría no debe temerse, debe exactamente que penetrarse, ella está exactamente para Ser. Aunque, en, cada uno de ustedes, puede aún existir lo que llamé el resistencia a la luz, cada día se planteará la cuestión y se dirán “qué importancia”. Si ustedes hacen un paso hacia su Espíritu, en conciencia, entonces el Espíritu les fecundará, enteramente, y en ese momento, se darán cuenta que solamente el paso anterior costó pero que el paso siguiente se hace cada vez más fácilmente. Estén en Alegría, las Trompetas sonaron. La última Trompeta se anuncia, es la que perciben en la presión de la Vibración de su cabeza, de su Corazón, en su centro. Es el sonido que perciben, como Vibración de la conciencia en el Antakharana, Cuerda celestial que los reúne y los unifica. ¿Qué puede llegar al que vive eso? ¿Qué proyección o qué vínculo de la carne o la sangre puede aún someterse a la menor aprehensión? Ya que la Luz es Gracia, aunque, por el momento, algunos de entre ustedes no lo viven, enteramente. Estén seguros que eso es. No puede ser diferente. Entonces, no hay nada que temer. Como Maria se los dijo, la esperanza es, simplemente vivir el momento, completamente presente, a partir de este momento. Y cada nuevo momento que descasca su tiempo es una ocasión, aún mayor, de vivir la Alegría de la Conciencia. Entonces, cuando el alma se vuelve hacia el Espíritu, el peso desaparece, el vínculo desaparece, la mirada no es ya la misma, la Vibración cambia, enteramente, sobre este mundo. Se vuelven radiantes, del Interior. Se vuelven encendidos, del Interior. Todo eso con el fin de decirles de convertirse en este Cielo y todo el resto pasará a ser claro, y todo el resto se encenderá.


Niños de la Ley del Uno, la hora está al Uno. Es la vuestra. Han caminado sobre este mundo. Realizaron sobre este mundo. Es hora, ahora, de ir en el Espíritu y de realizar el Espíritu. Es tiempo. El tiempo que está allí, que los lleva y arrastra en el tiempo eterno, en el tiempo de la Alegría. En el silencio de lo que es la agitación de la personalidad, en el silencio de lo que es el deseo, se encuentra el espacio donde todo se realiza y donde se trata todo deseo en el momento. Ya que nada puede desearse ya que, en la Unidad, todo deseo está colmado, incluso no tiene tiempo de aparecer, contrariamente a este Plan.

Niños del uno, les llamamos, nosotros Arcángeles, como Maria lo ha hecho, a prepararse, ahora, en la Luz del Ser, de la Alegría y la Paz. ¿Para qué decir de más en palabras, que lo que fue dicho? Les dimos, les transmitimos la Verdad sobre ustedes mismos. Es hora, ahora, de hacerla suya, enteramente. Recuerden: sólo son ustedes y solo ustedes, quienes pueden cruzar esta última Puerta, en la Alegría y en este Templo que es su cuerpo, redimido. Entonces, Amados del Uno, Niños del Uno, vamos a comulgar juntos y a vivir el Uno, en Cristo MIGUEL, en el espacio de nuestra alineación. Soy ANAËL, Arcángel. Estoy con ustedes, ya que soy ustedes, así como los tomo, todos, en mí, para volverles a ustedes mismos. Comulguemos.

... Efusión Vibratoria...


Yo soy ANAEL y estoy desplegado, en cada uno de ustedes.



... Efusión Vibratoria...



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